Empieza una de las dos ferias de fotografía a nivel nacional. Este año cambia de fecha y de ubicación, y se hace coincidir con Graphispag, de artes gráficas. La crisis general, y la del gremio en particular tiene bastante que ver, pero eso es otro tema...

El caso es que por primera vez en muchos años voy a faltar. No puedo ir. Las fechas no encajan y no es posible. Soy consciente de que no voy a perderme nada, pero no puedo evitarlo: me gusta el ambientillo, ver lo que se mueve y como, y ver el ritmo y la sensación que ofrecen los distintos expositores.

Es curioso, pero, sólo viendo los distintos stands, y comparando por marcas y por especialidades, tiene uno una idea de hacia dónde van los tiros y de cómo está el mercado.

Este año no se esperaban grandes novedades, y lo de Japón no ayuda. Los cuatro cachivaches tecnológicos de última hora son siempre difíciles de tocar. Más o menos todos buscamos lo mismo. Y las reuniones, visitas o entrevistas que siempre tengo en cada feria, reconozco que este año no eran necesarias.

O sí. Es verdad que este año está prevista la incorporación de un equipo de impresión en gran formato y podría haberlo probado, haber vuelto a interrogar a todos los que podrían vendérmelo y demás. El caso es que esa experiencia ya la he tenido, y tampoco hace falta, sobre todo cuando ya sabes por donde moverte.

El caso es que con internet he hecho más o menos una visita virtual. No he tocado nada, pero he podido comprobar que puedo subisistir sin feria hasta el año que viene. Los contactos que necesitaba he podido hacerlos igualmente, y el tema de la nueva maquinita se resolverá de una forma más pausada, privada y especializada, sin tanto bullicio, agitación y generalización. Así que: hasta la próxima feria...

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